Solo hay que dar una oída a su último cd para confirmarlo, en el que todo son tonos suaves y hasta empalagosos. Nada que ver con pasajes death que tanto harmonizaban con los pasajes tranquilos y le daban una personalidad notable.
Por ello, solo el tiempo dirá, si este álbum es su canto del cisne o si próximamente volveremos a oírles resurgir dando ese paso atrás que tanto esperábamos de ellos.
Volviendo al disco que nos ocupa, Opeth demuestra, una vez más, de lo que es capaz en solo 7 tracks.
Vale que 6 de ellas pasen de los siete minutos, incluso tenemos a la maravillosa Hessian Peel de más de once, pero en ningún momento llegan a resultar duras de oír ni de aburrir un ápice.
Ponerte a disposición del disco es como si de un libro voluminoso se tratase. Puede sorprender el tiempo en si, pero al sumergirte en él esa medida etérea que son los minutos y las horas pierden su sentido.
Siempre que pauses, te encontrarás con ganas de retomarlo y ver hasta donde te quiere llevar. No hay bostezos ni momentos en los que tengas ganas de hacer otra cosa que no sea proseguir.
Momentos tranquilos son preludio o presentación para las partes más intensas y veloces.
Vamos, toda una muestra de death progresivo, en el que cada minuto es una nueva sorpresa, nada queda medido ni previsible. Está tan bien elaborado, que (en mi humilde opinión) resulta una de sus mejores composiciones, de lejos, y difícil de superar de una manera tan cierta como ha demostrado su último intento de probar sonidos innovadores.
Bueno, a vosotros os toca escuchar y opinar que os parece. Si es que se anima alguien, porque veo a la gente muy tímida.
1 Coil
2 Heir Apparent --> escuchar
3 The Lotus Eater
4 Burden
5 Porcelain Heart
6 Hessian Peel
7 Hex Omega
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